HUSOS HORARIOS Hasta el siglo XIX cada región del mundo tenía su hora local , dependiente de la luz solar (las 12 del mediodía era cuando el sol alcanzaba su cénit) pero totalmente autónoma de los países y regiones adyacentes. Así, cuando un viajero viajaba de Portugal a España no sólo debía cambiar escudos por pesetas sino adelantar el reloj 21 minutos . De España a Francia debía cambiar las pesetas por francos y adelantar el reloj 23 minutos , que serían otros 38 (sin olvidar las tiras) para cruzar a Italia. Pero llegó el ferrocarril y lo cambió todo: la velocidad que otorgaba a los trayectos era muy superior al resto de los transportes por tierra, de modo que se producían desajustes entre los puntos de origen y destino . Además, los trenes de largo recorrido, como los que atravesaban EE.UU, tenían que atravesar varios grados de latitud, de modo que los jefes de estación se volvían locos para coordinar el tránsito de los trenes. Por su parte, los v...